Wednesday, November 15, 2006

Alicia...


Alicia se había sentado por un segundo sobre el tronco de un árbol que yacía acostado junto al camino.

--¿para que habré seguido a ese conejo blanco?. Realmente me pregunto el para que.
Pues solo e tenido problemas desde que llegue.--se decía esta de manera severa. Pero luego de unos minutos su humor comenzó a cambiar y tras ver las cosas en perspectiva bajo el tono de sus reproches.

Mientras la pequeña Alicia se analizaba en silencio, el bosque lleno de extrañas criaturas le aguardaba. Desde que lloro hasta formar un inmenso mar de lagrimas, Alicia se había vuelto en alguien muy popular en aquellas tierras, ni hablar de el caos con la casa del conejo, con la tonta lagartija aquella y la extremadamente molesta fiesta de te con el sombrerero loco o su concurrido juicio con la reina.
A quien se le ocurriría celebrar un no cumpleaños??? (Realmente no importa)

--Tantas cosas extrañas a partir de una sola cosa extraña.--dijo esta.

Pues de algo que no se puede culpar a esta pequeña es de haber seguido a aquel conejo pues en realidad cuantas personas han visto un conejo con chaleco y con sombrero?? , quizás nadie o quizás todos y nadie lo quiere decir, solo depende de cómo veamos las cosas y de quien sea el conejo.

Alicia aun podía ver a su hermana sentada leyendo aquel libro sin imágenes, mientras aquí ella trataba de sacar de su mente la confusa carrera del Dodo. En aquel momento se dio cuenta que prefería estar aquí que estar en cualquier otro lugar.
(En verdad muchas veces donde estemos no depende de si preferimos o no estar allí, más bien depende de lo que debemos hacer en dicho lugar. O lo que debemos aprender. Pero esto no lo pensó ella, mas bien lo dijeron mis dientes a mi lengua y ella lo ha gritado todos sin respetar a nadie.)

Quien les escribe les puede asegurar que seguro ustedes los que leen aun pueden oler el humo que sale del narguile de la oruga, o mejor dicho de las orugas, aquellas que nos preguntan ¿quienes somos?.
Pero claro si supiéramos quienes somos, ya no habría orugas que nos cuestionaran así como tampoco estaría su humo y mucho menos habría ha quien preguntarle pues todos ya sabrían lo más importante que alguien en estas tierras podría conocer y obviamente se marcharía. Pero claro esa es otra historia para otro día en que hablaremos más holgadamente de hongos que nos hagan grandes y pequeños, que nos eleven y que nos encojan.

Pido mil y dos disculpas por el pésimo narrador que he sido. Por un momento e dejado a Alicia sola en sus pensamientos. Pero si ya me han disculpado, a ese mismo lugar les llevare.
En este justo instante ella esta recordado la fiesta de te y se dio cuenta por este recuerdo mas la suma de todos los demás, de que todos y cada uno de los que ella a conocido durante todo este tiempo y en todo este lugar o mejor dicho en todo este lugar-tiempo están tan dementes como el propio sombrerero.
Alicia abrió los ojos con sorpresa y dejo de jugar con su pelo.

--o quizás no.--dijo.--quizás en un mundo donde todos están locos y yo estoy cuerda, yo sea la demente y ellos los sanos.--Alicia se mantuvo en silencio y pensó:
--Quizás, solo quizás. Pero es que existen tantos quizás que a lo mejor todos son mentiras y a la vez verdad. Quizás todos son cuerdos menos yo, quizás todos son de remate excepto yo o a lo mejor y solo a lo mejor todos estamos exactamente igual y no me refiero solamente a que estemos cuerdos.--

El sonido del papel que se mueve y cruje saco a la pequeña de su estado absorto y le dio una extraña sensación de estar fuera de lugar. Ya no se encontraba en aquellas tierras y en cambio estaba junto a su hermana quien seguía con su aburrido libro sin imágenes.
Alicia estaba extrañada, ¿que había ocurrido? Todo fue tan súbito como su juicio ante aquella absurda reina. ¿Como había llegado a estar junto a su hermana? Si hasta hace solo unos segundos solo había nadie a su lado y nadie esta formado por nada y la nada no lee esos libros sin imágenes, si es que esta sabe leer.

--A lo mejor nunca me fui-- dijo la niña -- a lo mejor esto es todo aquello y todo aquello es esto.-- Demasiado pensar para un solo día, demasiado pensar y demasiado sobre que pensar para los demás días.

Y sucedió que así como su narrador se encuentra de cansado, así estaba ella y se recostó de su hermana mayor para dormir algo.
Pero justo antes de que los parpados cayeran bajo el titánico peso del sueño. Alicia sitio que del fondo de la mente le venia una idea. Esta estaba hecha de humo y brincaba sin cesar entra lagunas pesadas de pensamientos sin sentido, venia de muy lejos, de tan lejos que no se podía leer pero en un instante y de un solo salto llego hasta ella y le recordó las palabras de alguien que le decía:

--¿Quién eres?--

Y allí comprendió. A lo mejor ya supo quien era, a lo mejor entre aquellos quizás de dementes y cuerdos lo descubrió.

--¿pero en cual de los quizás?-- se pregunto. Pero era muy tarde y ya Alicia se había dormido y no pudo pensar la respuesta. Y así durmió. Durmió. Durmió.