Wednesday, May 07, 2008

Otro Mayo.




Siempre e pensado que nací fuera de época. Hay tantas cosas de mis ''días'' con las que me cuesta identificarme que a veces siento que soy un constante inmigrante en el tiempo, sin un suelo o algo a que llamar hogar.Quizás para muchos esto tan solo es una rebeldía barata, un deseo de alienizacion o pura hipocresía. A lo mejor y es que en verdad nunca aprendí a adaptarme a encajar y ser feliz, a ser parte de nuestra generación, la generación del teclado, la gorda y sexy generación silente. Hemos dejado la filosofía por la farándula, la belleza por la pereza, la imaginación por la repetición, las palabras por iconos y las protestas por la televisión. Ya no tememos a nada pero aun así no hacemos NADA, tenemos conciencia de las grandes brechas que todas nuestras comodidades han creado, de como cada una de nuestros dulces placeres son en realidad gotitas de cianuro que envenenan lo que somos.
Nos perdimos en exigir derechos y libertades, tantas libertades que ni sabemos para que las queremos y que ya nos hacen daño. Vemos como la vieja muerte sigue recorriendo la tierra y nos quedamos cruzados de manos esperando un día gritar para luego dejarnos perder en un mar de silencio. Aunque pensemos lo que sea, ''el futuro ya no es lo que solía ser. (A.C.C.)''.
Hoy muchos recuerdan la furia de su juventud, una furia escondida pero que a ellos les aseguro un porvenir mejor que el de las generaciones pasadas.
Sin luchar, sin hablar o pensar nos hemos hecho llamar (ridículamente) la comunidad global, no hay mentira más grande. Somos una ''comunidad'' que no se conoce o sufre por el otro, una comunidad que no se ve y que no es nada más que una serie de datos, cuentas y fotografías ridículas de facebook.
Nos llamamos global por que creemos que viendo un video en Canadá a través de youtube que fue puesto por alguien de Tokio somos una especie de gran red mundial, las verdaderas redes están conectadas por fuertes nudos y sogas, ideas y sentimientos. Verdaderas ideas y verdaderos sentimientos.

Cada Mayo nos podemos ver en el espejo del tiempo, cada uno de nosotros contempla su imagen atrapada en la historia, nuestras contrapartes revolucionarias y marxistas que aunque no cambiaron totalmente al mundo, dejaron oír sus voces.
Hoy por hoy muchos de ellos se sumergieron en justo aquello por lo que protestaban y ahora moldean nuestra visión del mundo a comodidad de sus intereses.
Y lo peor es que lo que mas nos duele es saber que ellos son los padres de nuestros errores y que no importa que tan fascinante y maravilloso parezca todo, entre sus gritos y consignas se escondía un desenfrenado consumismo futuro, tontería radical y canceres sociales.
Su visión ideal del mañana a fallado en gran parte y lo sabemos, pero aunque sea ellos tenían una visión. Tenían el coraje para intentar cambiarlo todo, para llevar la furia de sus voces a lo más alto y de una manera u otra darse a entender.
Ya conocemos los errores y vemos a claras luces las piedras en el camino, es nuestro turno de tomar la responsabilidad del cambio. Hoy tenemos lo que nunca soñaron nuestros reflejos del pasado, tenemos mayor ´´libertad´´ que nunca y la ´´comunicación´´ es nuestro lema. Pero aun con todo esto no existe tal emancipación. Seguimos siendo esclavos de una sociedad que constantemente nos obliga a cambiar a placer de ella y que nos da un mediocre soma a cambio.
Debemos de aprender de nuestros hermanos del pasado, abrir los ojos y ver los resbalones, aun las marcas están frescas y nosotros caminamos en ellas deleitados por sus formas y llamándolas libertad.
Ya no nos basta una simple rebeldía, hoy necesitamos verdaderas mentes. No necesitamos una aldea global, necesitamos aprender a amarnos como humanos lo que tenemos y lo que somos, las libertades son absurdas si solo generan vicios y los líderes son de humo si se basan en el totalitarismo disfrazado de unión y de pendeja globalización. La misma que quiere borrar limites pero que exprime e ignora al pobre.

Quizás cuando despertemos comenzaremos a sentir el dolor de los que han muerto en una guerra sin punto, el de un planeta torturado o el de aquellos que no tienen que comer mientras nos hartamos de multinacionales y gobiernos sin fronteras. A lo mejor y cuanto salgamos de nuestro cómodo descanso nos demos cuenta de la crueldad de los regimenes que aun hoy laceran a los hombres y que toman muchos disfraces e ideologías. A lo mejor.
Mis hermanos Dominicanos, mis hermanos Koreanos, Africanos, Cubanos, Europeos, Norteamericanos o de donde quiera que sean, ya es hora de un nuevo Mayo. Un nuevo Mayo de ideas reales y humanas que nos permitan lograr cambios verdaderos, recobrar la esperanza en el futuro, en nosotros, en lo que tenemos y podemos.
Hay tanto potencial y muchas veces lo dejamos dormido. Seamos la nueva generación del 68, esta vez con frutos que no dañen a los que vendrán después de nosotros. Dejemos nuestra marca. Es hora de un cambio.

Que no muera la poesía.
Que no muera la fuerza de las voces.
Que no mueran las ideas.
Que muera la muerte.

"Sean realistas: pidan lo imposible".