Thursday, February 08, 2007
Cuestionando.
¿Cuándo esta el hombre totalmente conciente de su naturaleza?.
¿En el momento en que conoce todas las respuestas? O ¿en el momento en que se cuestiona sobre su propia existencia?.
Estamos, sentimos, respiramos, pensamos. ¿Pero realmente existimos?.
El solo hecho de pensar no confirma nuestra existencia pues quizás de la misma manera en que una idea puede tomar forma en nuestras mentes, un pensamiento pueda nacer fruto de un concepto imaginario que seriamos nosotros mismos. Ósea no serian nuestros propios pensamientos, si no mas bien los de la mente o inteligencia de quien somos fruto. Lo que nos plantearía una duda sobre nuestra realidad material e inmaterial. Pero al dudar del pensamiento lo confirmaríamos y lo reafirmaríamos con la duda misma.
Esto es comprobable gracias al trabajo de Descartes, en el que nos dice que el cuerpo es una sustancia, es materia por lo que podemos dudar de su verdadera existencia, mientras que al poner en duda la propia existencia del pensamiento, lo confirmamos dado que la duda es en si misma fruto del pensamiento. Por ende el cuestionamiento de la razón:
El por que?, el como?, el cuando?, etc… es el momento en que el ser se acerca mas a su realidad mas pura fruto de la duda sobre su propio ser.
Y al mencionar al ser me refiero a aquello que es igual para todos los entes. Un ser no puede ser cambiante ni hipotético, más bien es constante y alejado de las individualidades para poder identificarse separado de cualquier suposición particular.
Y así como cada hombre es solo capaz de tratar de confirmar su propia existencia, pone en duda la de todos los demás, lo que nos indica que es la duda y el cuestionamiento lo único que es igual para todos.
Aquella duda sobre el yo y la realidad. ¿Existo?, ¿existen?, ¿existe? Confirma el pensamiento del individuo que aunque no sea capaz de comprobar lo que el llama realidad, si es capaz de hacerlo con el propio yo no físico y al poder hacerlo, identifica su verdadera existencia, demostrando así que lejos de ser fruto de un pensamiento ajeno incapaz de identificarse a si mismo (debido a que un concepto no puede auto cuestionarse sin estar diseñado para hacerlo.) es un ente que se cuestiona a si sin estar creado para hacerlo sino, para aceptarlo.
Y e aquí el momento de la iluminación. Si en verdad somos y en verdad estamos solo podríamos comprobarlo al dudar sobre nuestra propia existencia y la existencia de la realidad (o lo que llamamos realidad) que nos rodea.
Las respuestas son fruto de la curiosidad, pero a su vez la curiosidad es hija de una respuesta aun mayor.