Nuevamente se aleja en el tiempo aquel día rojo en que todos sufrimos el embate de la cartulina y la escarcha. Aquel día conocido como san Valentín.
Como humanos que somos nos hemos otorgado la misión de convertir cada festividad posible en una nueva forma de crear extrañas costumbres que juegan de manera maquiavélica con la delicada psique de una generación cada vez mas neurótica. De un modo especial san Valentín se a transformado en el día en el que KITSCH se vuelve el todo y el todo es kitsch.
Para quienes desconocen el significado del termino kitsch, les puedo explicar que esta palabra se refiere a cualquier forma de arte o estilo que sea de mal gusto, mediocre o en buen dominicano plagoso y hartante.
Por esto es que aquellas dos toneladas de corazones (mal cortados) de cartulina, las 20000 paletas y cuchucientos mil feferes que uno recibe en esta fecha le dan los primeros indicios que este día paso de ser una fecha con posible significado a convertirse en un significado con fecha. Lo segundo que es fuerte indicativo de este cambio es el casi ritual de felicitar a cada persona que se nos olvido regalarle algo y sobre todo el uso de vestimentas de color rojo el obligatorio para esta celebración. Como tercera señal esta la molesta exaltación de la ternura y la insana obsesión con poner corazones en cuanto maldito objeto exista y además recubrir con chocolate cualquier cosa que se suponga que sea romántica.
En síntesis esta fecha es una gigantesca bola de osos de peluche, cartulina y escarcha roja, cubierta de chocolate y cualquier objeto que lleve a cupido o un corazón en el, para obtener como resultado un armagedon diabético y cariñoso que todos deberíamos de temer.