Este sábado pude disfrutar de una ventana hacia el futuro político latinoamericano.
Esta brecha en el espacio tiempo fue brindada por el presidente venezolano Hugo Chavez en una conferencia de prensa con representantes internacionales de los canales de noticias, en vísperas de las votaciones nacionales sobre la reforma constitucional.
El derroche característico de política barata y la ausencia total de diplomacia no se hicieron esperar, desde torpes juegos psicológicos con los reporteros hasta amenazas extremistas fueron parte del repertorio utilizado en la actividad.
El escucharlo hablar con su acartonado tono comunista revolucionario realmente estremece a una mente conciente, pero sobre todo asusta el oírlo decir con aire amenazador ´´patria para todos o patria para nadie´´ en referencia a la distribución del petróleo producido en su nación.
El papel de aspirante a Fidel Castro lo a tomado muy en serio lo que para el resto de Latinoamérica se convierte en un gravísimo problema ya que no hablamos de un estado insular sin petróleo y con un líder en decadencia, si no mas bien de una nación que podría llegar a jugar importantes roles en el desarrollo de una utópica unión de países en esta parte del continente y que además es uno de los miembros mas importantes de la OPEP.
El escucharlo hablar sobre no vender a Estados Unidos petróleo u en casos mayores suspender la exportación del combustible a todos los países nos deja con una extraña idea en la mente, una idea que molesta en la lógica y nos hace preguntarnos ¿Qué tan conciente esta Chavez de lo que esa acción podría desencadenar para su patria ´´amada´´?. Una China a al que Venezuela suple con 500,000 barriles diarios de crudo no se podría permitir el lujo de cerrar el mercado de importación de combustible y mucho menos ahora que se tiene planteado para el 2008 elevar esta cifra a un millón de barriles. Por su parte las naciones que tienen a Estados Unidos como su mercado principal de exportación no van a permitir que su principal consumidor entre en una crisis económica fruto de la escasez de combustible, lo que además halaría en su espiral gravitacional el resto de la economía mundial. Obviamente esta es una visión algo apocalíptica y para muchos exagerada, pero hay que comprender que el solo hecho de tener que comprar un barril a través de un mediador le añade aun mas a unos precios que siguen en aumento.
Un estado socialista según los estándares modernos de la política no significa un problema, puesto que ya no hablamos de lideres, si no más bien de empresas y multinacionales como responsables de los rumbos de las naciones. Si tomamos como ejemplo a Brasil y Chile ambas naciones progresistas y además de la izquierda, podemos ver como este modo de gobierno se puede adaptar perfectamente a la Globalización y a las ideas del mercado mundial, siendo mas interesante el hecho de que estas naciones se perfilan como los dos estados ideales en Suramérica con una banca considerablemente estable y buenas relaciones internacionales, incluso con aquellas potencias ´´imperialistas´´ .
La diplomacia es parte esencial en el juego de la política y el llamar ´´peón del imperio´´ a su homologo colombiano no le hará ganar puntos y mucho menos el defender su postura tras los hechos ocurridos durante la última sesión plenaria de la XVII Cumbre Iberoamericana. Mientras por su parte Chavez se llena de orgullo al hablar de el actual presidente de nicaragua el líder Sandinista Daniel Ortega, quien dejo su nación al finalizar su primer mandato (En 1990) sumida en una profunda crisis económica y la violencia causada por la guerrilla.
Las fichas ya están sobre el tablero y todos esperamos ver el próximo movimiento.
El rumbo de las naciones se encuentra no en simples palabras o en jugar con la mente del pueblo (´´yo el indio´´) si no en las acciones que permiten formar un suelo estable para sustentar los pasos firmes que pretender dar las insipientes economías tercermundistas pero que muchas veces tambalean ante el sonido molesto de voces que cargan en si ideas vacías.
La diplomacia te saca de un problema en el que el tacto te hubiera evitado meterte - (Brian Bowling).