Wednesday, April 18, 2007

La dimensión DOMINICANA. (Parte 2.).




- Mierd%&$/, coño – grite asustado mientras corría hacia la sala donde me encontré nuevamente con mi rostro reflejado en el cristal que me decía:

- ¿Y ahora que show e?-
- ¿Cómo que ¨qué show e¨?, ¿Desde cuando un reflejo habla?- conteste mientras confirmaba resignado el hecho de que me había miado en mis pantalones.
- Aaaaaaaaa papa eperate, como que reflejo. ¿Y quien te a dicho a ti que yo soy un reflejo?-

No podía creer lo que escuchaba. Lo que aquella imagen había planteado era real.¿quien de los dos era el reflejo?, ¿el o yo?, ¿Cuál realidad era la verdadera? Me sentí justamente como se siente un viralatra cuando lo puyan para espantarlo con el tenedor de sacar las longanizas en las frituras. Asustado y con un puyon en el cu$&.


- No entiendo.- admití.
- Lo se, esa cara de usted no es de una gente que entienda mucho. Pero, ni yo entiendo muy bien como es que puedo hablar contigo y mucho menos como es qué puedo ver todo lo que haces. Esto se parece a un reality show, pero con menos imbeciles en el.- dijo.
- vamos a ver si suspendes los insultos, que ya te ta corriendo-
- Ok, es verdad no estamos haciendo ningún progreso así.- La imagen hizo una pausa y luego agrego.- ya recuerdo-.
La expresión en su rostro había cambiado, ahora era mas seria y miraba al vació.
.- Recuerdo algo, algo sobre una vieja maldición.-
Ahora en verdad su mirada era tétrica, al hablar sobre cosas pasadas su voz pareció llenarse de un frió cortante.
- Un libro que advertía sobre destruir el reflejo, algo de que cada mundo era un reflejo en un espejo y la única forma de impedir que esos mundos se pierdan es…-

CRASSSHHHHH TRANK TRINK CRASSSSHHHHHH. (El sonido de un espejo roto.)

- NOOO!!!!!!!!!!!!!!- gritaba la imagen de mi reflejada en el cristal hasta que se desvaneció totalmente.

Era la señora del mantenimiento quien había roto el espejo con el palo de un suape.

- Hay dicurpeme, e que vine a traer el suape que Yicauris me lo preto por que el de el edificio ta deflecao.- Dijo la señora mientras seguía con total calma hacia la cocina.- al fin y al cabo, bien feo que era el epejito ese.- Grito.
- No importa doña. Como sea ya me tenia cansado mi reflejo, hablando de maldiciones y libros.-Dije.
- ¿De que tu ta hablando?, a verda que ta loco el muchacho e mierd$%& ete.
Lo único que se pasa hablando e pendeja y ahora lo ultimo ¡¡¡¡que er epejo le hablaba!!!!, ay coño deja que le cuente a la mujer del colmado, se le van a salir los calisos diparao cuando oiga el diparate ete- y así salio por la puerta de la sala hasta dejarme en la soledad nuevamente.
Ya no sentía la molestia de aquellos ojos acechantes, ahora solo calma, así que tome asiento en un mullido sofá y cerré mis ojos para tratar de olvidar aquel día de pesadilla, pero justo cuando estaba quedando dormido recordé que al entrar había puesto seguro en la puerta de la entrada, así que ¿Cómo entro la mujer del mantenimiento?, me pare agitado del sofá, tan solo para recordar en ese preciso momento el hecho de que en nuestro edificio no hay ninguna mujer del mantenimiento (y mucho menos una como esa.) por lo que solo podría significar una cosa todo esto era…

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