Monday, October 15, 2007

La exquisita estupidez humana.



Despertare y no habrá nadie. La calle donde vivo estará totalmente vacía, al igual que mi sector, mi ciudad, mi país y el mundo. Caminare por horas en el más absoluto silencio con algo de miedo y algo de felicidad.
En los primeros días ella será tímida y aun tendrá temor, pero al darse cuenta de la ausencia desplegara su ser por toda la tierra. Ante mis ojos veré como los ejércitos industriales que en un pasado cortaron el azul del manto celeste caen ante el vivo paso de verdes milicias.
Tomara mas tiempo que el todo sea vivo que lo que le tomo a los ausentes destruirlo, pero aun así nada detendrá la marejada que vendrá. Como una danza violenta, un ballet de furia, la tierra se sacudirá la peste de que había quedado y en ruinas quedaran las grandes obras que en algún momento quisieron opacar a la madre.
Ya no habrá caminos ni edificios. No habrá mas manchas de petróleo en los mares ni el miedo a una guerra atómica. Los glaciares despertaran del sueño líquido en que cayeron y los gigantes volverán al bosque.
No habrá miedo a la matanza ni llanto alguno. El planeta volverá a respirar y quizás a girar.

Todo es una mierda.
Sencillamente somos exquisitamente entupidos, lo tanto como para matarnos y hacernos creer que ni lo estamos notando. Consumimos, compramos, votamos, creamos, tenemos, queremos, cortamos, matamos, arrasamos, exigimos, contaminamos y al final pensamos. Carecemos de conciencia pues la hemos dejado guardada junto con nuestro coraje en espera de que sea tan tarde que no habrá forma de hacer algo y será quizás en ese momento en que entenderemos que no somos los únicos en esta esfera azul y que el cambio comienza por nosotros mismos, por nuestras manos, por nuestra mente.

Lee. Grita. Ayuda.