Saturday, February 16, 2008

En la montaña.


Ya llevo media vida en contemplación aquí en la montaña. En única compañía del silencio y el viento.
En mi soledad me entrego a la conversación con la verdad y me sorprendo cuando me revela la palabra de los salmos y me dice:

-La vida del hombre dura lo que la hierva; florece como la flor silvestre.
Que sopla el viento sobre ella y ya no existe, se ha ido para siempre.-

Con este verso espero al viento y sigo en la contemplación infinita de la niebla pesada y el alma profunda, de mis propios pasos y la calma que como la llama de una vela espera la hora del descanso.