Thursday, July 02, 2009

Honduras.


La historia política de Latinoamérica se ha caracterizado por tener cierta fuerza violenta entorno a muchos de los cambios que se producen en nuestros sistemas. El siglo pasado nos ha heredado una de sus más conflictivas herramientas de cambio, quizás una de las que más quebranta lo planteado por nuestras propias constituciones y muchas veces la propia voluntad popular: El golpe de estado.

Honduras es el más reciente ejemplo de esta práctica, que muestra como cada uno de sus rostros sale a la luz del escrutinio mundial planteando más preguntas que respuestas. Este caso en particular nace durante el gobierno del presidente constitucional Manuel Zelaya y su propuesta de instalar la llamada ¨Cuarta urna¨ donde se planteaba agregar una nueva urna de votación donde se llevaría a votación popular una posible reforma a la Carta Magna. Ese fue el detonante.
El presidente del congreso, Roberto Micheletti, fue el primero en dar voz crítica frente a la propuesta. La razón, es que como según el indica, esta no tiene validez jurídica y entra en conflicto con lo planteado en la constitución ya existente, lo que lo convierte en un acto ilegal. Siguiéndolo, también se opusieron los representantes del Tribunal Electoral.


El domingo 28 de junio, la noticia de la captura del presidente Zelaya por parte del ejército, sorprendió al mundo completo, quienes al igual que el pueblo Hondureño observaban tratando de encontrar una explicación.
Con el pasar de las horas las declaraciones avanzaron hasta indicar que el presidente había sido llevado contra su voluntad hasta Costa Rica. Ese mismo día se entrego al congreso una ¨Carta de renuncia¨ supuestamente escrita por el presidente en el exilio.
Ya las fichas estaban sobre el tablero y se esperaba la próxima jugada. Esta llego de manos de los legisladores, quienes nombraron como nuevo jefe de estado a Roberto Micheletti, antiguo presidente del congreso.
Las reacciones no se han hecho esperar. Desde el destituido presidente Zelaya, hasta cada mandatario de la región y el mundo. Todos condenan este acto golpista militar, que ridiculiza los esfuerzos democráticos de una nación completa, y que obviamente representa los intereses particulares de individuos como el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vázquez, quien había sido destituido por Zelaya, al oponerse públicamente a la propuesta de la cuarta urna.


Es interesante como uno y otro hombres tanto Micheletti como Zelaya representan ambos un mismo partido (Liberal), pero cada uno personificando una política que se encuentran en conflicto.
Roberto Michelitti, presidente interino de Honduras designado por el Congreso, ya plantea nuevas soluciones al estado de caos que reina actualmente en su nación; su propuesta pretende adelantar las elecciones, decisión que ha dejado a mas de uno con la boca abierta y que aunque para muchos es una respuesta sencilla a la fuerte presión internacional, para otros no es mas que un nuevo plan que se esta moviendo tras este ofrecimiento. Por su parte Zelaya se reunió con los lideres latinoamericanos y mantiene su firme posición de volver a Honduras; país que se desgarra entre los simpatizantes de ambos mandos.


El futuro es algo incierto para un estado con una tradición golpista militar como este. Las reacciones internas aun no dejan pasar la sorpresa internacional, no tan solo por el apagón informativo a los medios de comunicación, ni por la voz común presentada por lideres internacionales con posturas radicalmente diferentes, mas bien sorprende ver como aun tratar por sobrevivir nuestras mas bárbaras costumbres políticas en una época que clama por cambios y respuestas y no violencia y silencios.

Foto: BBC.